Dicen que compartir es vivir y, en estos últimos meses, nos hemos dado cuenta más que nunca de la realidad de este dicho. Y es que no hay nada más valioso que compartir las experiencias de cada uno con la intención de ayudar a los demás.
GRACIAS, por mandarnos tus vivencias para que los demás puedan conocerlas, gracias por dar ese paso, dejando atrás el miedo o las dudas que seguro que al principio sentiste, y hacer de esta comunidad una verdadera familia que no tiene secretos.
Las historias de todos no solo nos han conmovido, sino que también nos han inspirado, y se han convertido en un recordatorio poderoso de que todos enfrentamos luchas, triunfos, y que nuestras historias individuales tienen el poder de unirnos.
Escoger 1 historia por país has sido realmente difícil. Cada una encarna la esencia del amor propio y la superación personal. Tu valiente decisión de abrirte y compartir tu experiencia es un regalo que valoramos enormemente. Reconocemos la confianza que has depositado en Síclo al permitirnos entrar en tu mundo y conocer los momentos que han moldeado tu camino.
¡FELICIDADES!
Santiago Garrido - Síclo México
Patty Capecci - Síclo Madrid
Sachiko Nakagaw - Síclo Perú
Proximamente...Historias que Inspiran 2024.
Comenzó un nuevo año, el primer día de 365, y ahí estaba en el suelo de mi habitación: una báscula modernísima que medía grasa, músculo, densidad ósea y todos mis pecados. Además, medía mi capacidad de amarme, de valorarme y de apreciar mi cuerpo, pero también de odiarlo.
Los números que marcaba confirmaban mi miedo: otro año de evitar los espejos, de quererme cada día un poco menos y de aceptar que esos 124 kilos iban a acabar con lo que quedaba de mi autoestima. Pensé que también iban a acabar conmigo, más temprano que tarde. A mis 27, la vida no parecía ser ni tan larga, ni tan divertida, ni tan querida.
Enero y febrero pasaron entre elípticas, dietas y ansiedad. De repente, llegó el mensaje: mi amiga Ana Paula estaba en México y quería que fuera con ella a Síclo... ¿yo? ¿En Síclo? ¿Con mis 124 kilos? Parecía imposible. Pero finalmente lo hice.
El 3 de marzo llegué a mi primera clase, nervioso, sudoroso, con escenas de "I Feel Pretty" que no salían de mi cabeza.
El primer clic al clip del pedal y ya estaba en movimiento. Poco a poco, dejé la tensión y la ansiedad y me sentí parte de algo más grande que yo. Dejé de pensar en el exterior y pude ver en mí algo que no había buscado en un instante entre oscuridad y movimiento. Ahí estaban, bien escondidas y tras mis mismas barreras, mis ganas de vivir feliz.
Hoy, un año después de ese primer clic, 50 kilos más ligero y con tantas endorfinas como para llenar un estadio, aún lloro y siento la piel erizarse por cada día, cada pedaleada, las veces que lo he hecho bien y las veces que lo he hecho terrible.
He aprendido más de mí mismo en mañanas y noches rodando, recuperando en cada canción mi capacidad de decirme más veces Sí. En la energía de Antonia encontré mis propias historias y motivación. En cada pedaleada con Annie me di cuenta de que siempre puedo un poco más. Con Pablo aprendí a cuidar mi postura y mi cuerpo.
En diciembre de ese mismo año, saliendo de una clase en Fernando VI, al otro lado del Atlántico, me cayó del cielo invernal: lo había logrado. Me había recuperado a mi mismo –el mismo año que lo creía todo perdido– me amaba y había mil cosas nuevas que quería hacer y vivir, siempre al ritmo de una nueva canción.
Así, vuelta tras vuelta, entre tap-backs y montañas: me encontré y me recuperé a mí mismo.
Santiago Garrido
Hace 5 años me dio un derrame cerebral, estuve muy malita, me operaron de urgencia, cuando desperté tenia todo el lado derecho dormido, pasó el tiempo y me operaron por segunda vez. Me he ido recuperando, ya tengo movilidad en todo ese lado y finalmente me dieron el alta médica. Tengo pocas secuelas de aquello, pero una de ellas es la poca coordinación.
Hace aproximadamente 1 año probé una clase de Siclo, mas para bajar de peso, ya que desde aquello había subido mucho y casi no podía hacer ejercicio. Por supuesto ¡me encantó! y poco a poco me di cuenta que las clases estaban haciendo que recuperara la coordinación. Así que sigo en las clases ya no por bajar de peso si no por que me ayudan con la coordinación de mis movimientos y con toda la movilidad de mi parte derecha del cuerpo. Gracias Síclo.
-Patty Carpecci
Estaba pasando por un momento muy difícil en mi vida, básicamente sentía que todo era malo y nada mejoraba. Mi papá acababa de fallecer, habíamos cerrado el negocio familiar que era nuestro único sustento para la familia, mis dos hermanos se mudaron de pais para poder trabajar a causa de ello, mi mamá cayo en depresión y yo perdí al bebe que con tantas ansias estaba esperando. Pensé que ya no podía mas. Y no soy como "todo el mundo" que baja de peso cuando esta deprimida, sino todo lo contrario. Subía y subía de peso a un ritmo muy preocupante, pero nada me animaba a hacer ejercicio.
Hasta que un día vi que inauguraron Síclo en San Isidro y decidí darle una prueba. Mi primera clase, asustada, nerviosa, hasta sintiéndome mal conmigo misma, porque todas se veían hermosas!…Última fila, al rinconcito, mi lugar seguro, con Dani. Al comienzo no podía seguir el ritmo, el side to side era un poco mas llevable, montaña retadora, pero se pudo y vino el eleven... nunca en mi vida he llorado tanto mientras cantaba y hacia ejercicio. Pude votar todo lo que había acumulado durante todo ese tiempo y cuando finalmente terminamos me sentí mucho mas liberada.
Desde ese día no he dejado de ir al estudio cada vez que puedo y nunca me arrepiento. Muy a parte de hacerme sentir excelente al hacer ejercicio, me pone en un estado mental que no puedo ni explicar. Me es increíble poder pensar ahora que todo esta mucho mejor en mi vida y que todo esto comenzó con Siclo.
-Sachiko Nakagawa